Como escribir con claridad

Posted on septiembre 29, 2016 por Rodrigo Guardia D.

Para escribir desde un informe hasta una carta de amor, es mejor tener en mente algunas ideas o pasos de proceso: Pensar, Estructurar, Revisar. No se pretende una guía exhaustiva, pero si exhortar a buenos hábitos de proceso.

Pensar

Considerar las ideas principales, qué se quiere decir, cómo se puede describir, explicar. Hay alguna narrativa que ilustre la idea. Algún dato o cifra que sustente contundentemente el argumento central. Cuál puede ser la extensión mínima necesaria. Cuánto será el máximo que está dispuesto a leer el público.

De qué tipo de texto se trata, cuál es el propósito principal. Establezca la extensión en número de palabras que considera adecuada, tenga en mente que mientras más sucinto, más personas lo leerán. Si tiene un lieneamiento de extensión aténgase estrictamente a este.

Hacer un ‘delineado’ de las ideas principales, pueden ser puntos como bullets o mejor aún hacerlo a mano escrito y bosquejado como dibujo de las ideas principales y la estructura. Si te fuera a tomar dos horas escribirlo y puedes escribir una hora un día y otra al siguiente, eso dará tiempo de formar muchas ideas.

Estructurar

Las cinco preguntas: ¿qué, cómo, cuándo, dónde? y ¿por qué? al final esa es la estructura de casi todo lo que se escribe. Plantéate cada una de ellas y así no debe quedar nada por fuera. Uno puede escribir con esos titulares y llenar debajo cada uno, luego borrarlos y reacomodar todo para mayor fluidez.

La puntuación es el nivel más básico de la estructura del texto. Lea y observe la puntuación en textos de alta calidad. Familiarízate con los títulos y subtítulos para ir llevando una secuencia de ideas.

Revisar

Leerlo uno mismo varias veces y en voz alta, imprimirlo, rayarlo. Preguntarte que quieres decir, eliminar redundancias. Priorizar verbos sobre adjetivos. Correr el corrector de ortografía y gramática, hoy día existen programas que ayudan con eso específicamente.

La ortografía depende principalmente de la atención con la que leemos los textos que nos nutren como ejemplo y de la intención que ponemos en pulir este aspecto en nuestros escritos.

Acude al menos a un revisor de confianza, alguien quien pueda aportar tanto en la revisión de los aspectos formales y a la lógica general, aunque no sea experto en el tema.

Se ha dicho que mientras más se reedita un texto, mejor queda. Es bueno trabajarlo bastante, llega un punto en que disminuye el beneficio de seguir revisando. Es bueno haber llegado a ese punto cuando llega el momento de entregar.

Realice varias versiones hasta que llegue a la extensión y claridad necesaria.